Fábrica de Emociones
Guitarras Flamencas artesanas
Mis guitarras flamencas artesanas
Miguel Franco: Guitarrero
Soy Miguel Franco Hernández, nací en 1980 en Punta Umbría. Desde que tengo uso de razón he sentido una profunda fascinación por el flamenco, especialmente, por el arte de construir guitarras. Desde niño soñaba con ser guitarrero, atrapado por el sonido único de este instrumento y la fuerza de una tradición que forma parte de nuestras raíces.
Hoy, ese sueño es mi realidad. En mi taller, combino técnicas artesanales heredadas con un amor profundo por lo que hago. Cada guitarra que construyo busca ofrecer una calidad sonora excepcional, comodidad tanto para la mano derecha como para la izquierda, y una estética que refleje la belleza del flamenco.
Mi trabajo no es solo un oficio, es una forma de rendir homenaje a mi tierra, a su cultura. Cada instrumento que sale de mis manos lleva consigo un pedazo de Andalucía, de Punta Umbría y del alma del flamenco.
Mis Guitarras
Algunos de mis trabajos. Pincha en la imagen para ver a pantalla completa.
Oficio, paciencia y pasión en cada traste
Cada guitarra que construyo es única, hecha con calma, dedicación y respeto por la tradición. No es solo madera y cuerdas: es alma, historia, sonido… Mi trabajo nace del amor por este instrumento, por su forma, su tacto, su voz. Desde la selección de las maderas hasta el último pulido, pongo en cada detalle la pasión de quien entiende que la guitarra no se fabrica… se crea. Aquí no hay producción en serie, hay arte hecho a mano, para músicos que buscan algo más: una guitarra con vida propia.



El arte de construir guitarras flamencas artesanas, desde el corazón
Desde muy joven descubrí que mi vocación estaba unida a la madera, al olor del ciprés, al pulso de las herramientas y, sobre todo, al alma del flamenco. Hoy, en mi taller, construyo guitarras flamencas artesanas con la misma entrega, respeto con la que se hacían antaño: a mano, con paciencia, cuidando cada detalle como si fuera único.
Selecciono personalmente cada pieza de madera, buscando no solo belleza, sino también carácter, resonancia y vida. El proceso es lento, completamente artesanal: no hay prisas, ni máquinas que sustituyan al oído o a las manos. Cada guitarra que construyo está pensada para emocionar, para vibrar con el toque del guitarrista y convertirse en una extensión natural de su expresión.
En cada roseta, en cada mástil, en cada barniz aplicado a muñeca, pongo mi experiencia y mi pasión. Porque para mí, una guitarra flamenca no es solo un instrumento, es una obra viva que debe respirar, sentir…
Te invito a conocer mi trabajo, a descubrir cómo nacen estas guitarras flamencas artesanas y a sentir, como yo, que el flamenco comienza mucho antes de que suene la primera nota.