Mis amigos
Quien tiene un amigo tiene un tesoro
Y yo tengo la suerte de contar con auténticos diamantes. Esta sección está dedicada a esos amigos y colaboradores que, con su talento, su apoyo y su cariño, han formado parte de mi camino como guitarrero. Artistas, músicos, artesanos y grandes personas que han confiado en mi trabajo, me han inspirado y han dejado su huella en cada proyecto compartido. Porque este oficio no se hace solo: se teje con complicidades, con guitarras que hablan y con manos que suman. A todos ellos, gracias de corazón.
José Luis Rodríguez
José Luis Rodríguez, guitarrista onubense tristemente fallecido, fue mucho más que un maestro de la música: fue un alma generosa que me abrió las puertas de su casa y de su corazón. Con infinita bondad, compartió conmigo su sabiduría y su visión, brindándome consejos, valoraciones sobre mis primeras creaciones, siempre desde el respeto y el cariño.
Hoy, elevo una oración por él, sabiendo que ya acompaña con su guitarra a los más grandes del cielo.
Dios te tenga en su gloria, maestro.
Pepe "Del Morao"
Nieto del gran Manuel Morao, Pepe del Morao es mucho más que un guitarrista: es heredero de una de las sagas más profundas del flamenco jerezano. Se formó en su propia casa y también amplió su formación en la escuela de Carbonero, consolidando una base sólida que hoy se refleja en su propio sonido, elegante y con alma.
Para mí, contar con su amistad y apoyo es un verdadero orgullo. Su arte y su humildad inspiran, y su guitarra siempre deja huella.
Paco Cepero
Maestro de maestros. Guitarrista de alma, compositor de leyenda y figura imprescindible del arte flamenco. Don Paco Cepero es historia viva de nuestra música, un referente que ha marcado a generaciones con su toque inconfundible y su sabiduría infinita.
Tener su cercanía es un regalo, un privilegio que deja huella. Su presencia, como su música, es pura verdad… ¡Agua!
Javier Castaño
Mi maestro y mentor. Javier Castaño, reconocido luthier y referente en el mundo de la guitarra flamenca, ha sido una figura clave en mi camino como guitarrero. Siempre estaré profundamente agradecido por su generosidad, su paciencia y ese amor incondicional con el que me transmitió su saber. De su mano no solo aprendí técnicas, sino también el respeto y la pasión que merece este noble oficio.
¡Gracias, maestro, por enseñarme desde el corazón!
Salvador Rinquín
Hablar de Salvador Rinquín es hablar de gratitud profunda. No sé por dónde empezar, porque su apoyo ha sido —y sigue siendo— fundamental para que este sueño se haga realidad. Salva no es solo un amigo, es un universo en el que me nutro, aprendo y crezco. Su guitarra tiene ese sabor añejo que tan poco se encuentra hoy, con un toque personalísimo que recuerda a los grandes de los años 80: rancio, auténtico, lleno de alma. Tenerlo cerca, compartir caminos y acordes con él, es un privilegio que guardo como uno de los tesoros más valiosos de mi vida.
Alberto Fernandez
El camino para convertirme en guitarrero no está siendo nada fácil, pero todo este esfuerzo va cogiendo forma y estoy teniendo recompensas. Entre ellas, cuento con amistades como la de mi admirado Alberto Fernández, a quien sigo desde hace muchísimo tiempo.
Puedo asegurar que me siento pleno cuando alcanzo este nivel de amistad. Él es un guitarrista de los de verdad, de esos cuya personalidad y sentimientos dejan una profunda huella a través de su música.
Muchas gracias, AMIGO MÍO.